San Lorenzo despedido

San Lorenzo decrece, se ahoga en sus propias carencias, las sufre. Se pone odioso, se fastidia consigo mismo y se aísla. Lo mismo que le pasa al hincha cada vez que ele quipo pasa los primeros 15 minutos de juego. Porque todo se repite: El juego, las ideas, los pases, los cambios, los resultados.

El equipo no tiene mecánica e identidad. No sabe como encarar el partido, sin importar el rival apela a lo conveniente, lo que salga. Se despoja de un esquema de juego, de las posiciones y hace lo que puede y queda claro que no alcanza. El partido con Defensa y Justicia fue una película que ya vimos el domingo y yendo mas atrás, podemos encontrar características similares en cada encuentro azulgrana. Con titulares o suplentes, todo es lo mismo en este plantel.

Es extraño ver los actos de Diego Dabove. Un técnico que llenó a los cuervos y cuervas de ilusiones que partido a partido se fue alejando de su ideología ofensiva. Nula, no se ve. Una bruma de negación se apropia del banco de suplentes y no quedan claros los cambios que efectúa. ¿ Serán solo tácticos o habrá algo más? ¿ Los jugadores le harán caso a sus indicaciones dentro de la cancha? Son interrogantes que nos hacemos para buscar alguna explicación a la salida de Juan Ramírez y de Ángel Romero. ¿Quedan fuerzas para revertir el presente? Ya sufrimos cosas, mejores que estas, pero la paciencia se agota y como mencionamos más arriba, esta película ya la vimos. Nos sea cosa que tengamos que esperar quedar afuera de todo para se levante la voz y San Lorenzo cambie la actitud y al menos gane un partido.