En el comienzo del partido vimos a San Lorenzo decidido a buscark los tres puntos que necesitaba y que todos queríamos para soñar con pasar a la siguiente ronda del torneo. Durante los primeros veinte minutos vimos que el equipo hizo todo lo contrario a lo que había hecho en el Gigante de Arroyito y eso nos puso contentos. Ahora, la falta de efectividad que tuvo la delantera, fue increíble. Cuanto te extrañamos, Di Santo. Por suerte llegó ese penal que Óscar cambió por gol y empezamos a relajarnos, claro; faltaba aumentar la ventaja, pero íbamos ganando. Siempre soy crítico del mediocampo, pero la verdad es que Siro Rosané se mostró capaz de suplir a cualquier “cinco de marca” que llegaron al club de forma inexplicable: ¿No hace falta dar nombres, o si?
En el segundo tiempo los de Boedo salieron con la misma actitud del los primeros minutos de la primera mitad, ¡por fin! Ahora, la mala suerte que tenemos es increíble: primero se lo perdió Uvita y un minuto después, Ángel y más tarde, el mellizo erró un penal. No puede ser que no podamos cerrar un partido y disfrutar el resto del partido tranquilos.
A partir del penal errado, nos caímos y los mendocinos levantaron, menos mal que San Torrico estuvo bajo los tres palos del CASLA, sino la historia hubiese sido muy diferente.
Nos prendimos en la pelea para clasificar a la siguiente ronda. Ahora no hay excusas, tenemos que ganar en el Cilindro.