Volvió el fútbol y con él, el sufrimiento, la ilusión y las energías renovadas. Hoy debutó Paolo Montero, volvió Ortigoza y un equipo que empezó a mostrar la idea del técnico, a pesar de haber tenido un mal encuentro ante el equipo suplente de Arsenal. Evidentemente el uruguayo quiere que San Lorenzo presione constantemente y pelee las pelotas en ofensiva, que obviamente es la primera línea de defensa. En los primeros minutos también quedó en evidencia que sin un nueve de área, como Di Santo, las llegadas tenían que ser por las bandas: muy buen juego de Gino Peruzzi y Gabriel Rojas yendo al ataque. De hecho, el gol llegó tras un centro raso que le quedó a Uvita Fernández. Qué manera de gritar ese gol, como extrañaba a San Lorenzo.
Lamentablemente, la salida de Ortigoza trajo el problema que tuvo el Ciclón en el torneo pasado y en la segunda mitad del partido, desapareció. Gordillo, que volvió a jugar después de varios meses, tuvo un partido flojo, que recuperó la pelota únicamente con faltas. Por lo visto, todavía tiene mucho para mejorar. Montero gritó constantemente que quería el equipo en ofensiva y qué – salgan del fondo -. Sin embargo, el mismo técnico es quien metió al equipo en el propio arco sacando a Julian Palacios que tuvo un gran partido y a Alexander Díaz para poner a Jalil Elías y a Alexis Sabella. Cuando ya era tarde, lo hizo debutar al pibe Galvan que en 10 minutos, poco y nada pudo hacer.
La defensa de San Lorenzo sigue teniendo problemas y nos da dolores de cabeza. Los dos centrales no tienen muchos partidos juntos y eso quedó en evidencia, aunque a la hora de defender, fueron de lo mejor. El gol de Arsenal llegó de una forma sorprendente: córner y ningún jugador con la camiseta blanca saltó a cabecear, una locura y algo a corregir. A eso tenemos que sumarle la infantil expulsión de Rojas, que se va a perder el partido contra los santiagueños.
El conjunto comandado por el ex capitán de la Juventus, Paolo Montero, jugó mal. Pero es evidente que la idea de juego está y solamente hay que confiar en que con el transcurrir de los encuentros las cosas van a cambiar.
