Llegó la primera derrota de San Lorenzo en el torneo. Lamentablemente, el juego no mejoró entre la primera y la segunda fecha, pero ahora, nos embocaron. Durante todo el partido me pregunte: ¿Cuánto más aguantaremos con el arco en cero? Porque la realidad es que no nos hicieron más goles gracias a Torrico. Yendo un poco a los errores, no puedo dejar de lado la expulsión por doble amarilla a Gordillo. En mi opinión, la segunda falta no fue para que le saquen tarjeta, pero Echenique ya le había dado varias advertencias. El mediocampo quedó abandonado, sin un cinco de marca, que raspe y que pueda recuperar la pelota. Tras la expulsión, Troglio lo metió más adentro a Fernández Mercau y con Ortigoza trataron de ocupar el lugar que dejó el colombiano. No pudieron, ambos juegan, pisan la pelota y la distribuyen, no se caracterizan por recuperarla.

Lógicamente, cuando terminó el primer tiempo pensamos: ¿pasará lo mismo que contra Banfield? ¿Ahora salimos con otra actitud? Y, entró Braida, mostró algo de juego, pero hasta ahí llegó. Mientras tanto, El Cóndor seguía volando de palo a palo tapando las llegadas de Gimnasia. Pero un error defensivo o inocencia por parte de Gattoni hizo que Tarragona rompa el invicto de Torrico.

Siempre es difícil jugar con un jugador menos, pero la realidad es que si no empezamos a adueñarnos de los partidos y a cruzar la mitad de la cancha, todo va a ser complicado; por más que juguemos con once. Ahora se viene Defensa y Justicia en nuestro primer partido en el Nuevo Gasometro y sin Gordillo. Feo dolor de cabeza va a tener el técnico para armar la mitad de cancha en la próxima fecha. Pero confío en que esta situación se puede revertir. Eso si, el equipo va a tener un arduo trabajo para mejorar el juego.