Plantado

A pesar de la derrota 2-3, San Lorenzo hizo un muy buen partido en Brasil.

En el primer tiempo San Lorenzo estuvo a la altura del partido, aun con las sensibles bajas de apellidos. Empezó y terminó con situaciones en el arco rival y penó por su falta de puntería. El 3-1-4-2 de Insúa hizo partido en Brasil: Maroni y Elías se soltaron bien, Luján y Braida también pasaron bien, pero Bareiro no cierra nunca una jugada. Blandi peinó y aguantó casi todo lo que le tiraron, aunque falló la mejor que tuvo. El problema fue, en mi opinión, la velocidad de Sánchez y Campi para llegar a los cruces y marcar la posición de la última línea. Y, a su vez, no fue lo mismo para Braida no tener a Hernández a su espalda: el equipo local volcó todo su juego por ese sector y lastimó. Fue lo mejor que vimos de Maroni en San Lorenzo, golazo incluido, y una ratificación de Luján, a pesar del infortunio del gol en contra, que siempre que tiene minutos juega bien. 

En el complemento Insúa introdujo dos modificaciones: Vombergar por Blandi y Leguizamón por Perruzzi; el primero metió el centro del empate de Maroni, de nuevo, y Legui hizo amonestar a Santos, colaboró con Braida y también llegó a situación de gol. Pero San Lorenzo siguió en partido y eso es lo más meritorio. Batalla descolgó un par de centros y se sentó otro par para que lo atiendan. El trámite siguió siendo parejo y Gallego mandó a Irala y Herrera, por Maroni y Luján, de buen despliegue en ambos casos. Pero Sánchez arruinó todo el esfuerzo de sus compañeros, metió la mano y le regaló el penal a Fortaleza que sentenció el 3-2. 

De nuevo derrota con los brasileros en el descuento y ahora a pelear por el segundo puesto con Palestino y buscar entrar en dieciseisavos con algún tercero de Libertadores. No puede perder un punto más. Qué bronca, hermano.