San Lorenzo cayó la final de la Supercopa por 88-69 ante Quimsa. Ahora deberá pensar en el partido ante Peñarol de Mar del Plata por la Liga Nacional.
A pesar de que en Buenos Aires cayó una fuerte lluvia y que el fútbol jugaba pocas horas después en La Plata, muchos Cuervos se acercaron al estadio de Obras para alentar al pentacampeón que no pudo conquistar la Supercopa ante Quimsa.
El equipo de Álvaro Castiñeira saltó al parqué con la ilusión de conseguir una nueva copa. El inicio fue bastante parejo, donde ningún equipo pudo sacarse ventajas. Sin embargo, el conjunto santiagueño fue más que Boedo. Sobretodo en la zona pintada. A pesar de estar sufriendo en defensa, Agustín Pérez Tapia se puso el equipo al hombro y con once puntos pudo achicar la diferencia (25-19). A él se sumaron Pérez Tapia y Matías Sandes que con eficacia llevaron a que el CASLA termine la primera mitad del juego abajo por la mínima (45-44).
En la segunda mitad, Quimsa dominó el encuentro. La pieza fundamental fue Eric Anderson (21 puntos y 10 rebotes) que dominó la zona pintada. Además, la férrea defensa del campeón del Súper 20 controló la ofensiva azulgrana y logró un parcial de 15-0 (70-51). El último cuarto, lamentablemente estuvo de más. San Lorenzo no pudo reaccionar, Quimsa aprovechó el recambio de jugadores y los santiagueños se terminaron quedando con el triunfo.
El pentacampeón ahora deberá volver a cambiar el chip y pensar en el viaje a Mar del Plata para enfrentarse a Peñarol por la Liga Nacional.