Desafortunada eliminación: Atlético Minero 1-0 San Lorenzo

El Ciclón jugó una gran serie ante uno de los favoritos para ganar la Copa Libertadores. Sin embargo, no la pudo meter y se condenó con errores propios que hoy lo dejaron sin nada tras un buen partido en Brasil donde cayó de pie.  

Una década después, San Lorenzo volvía a definir una serie de Octavos de final de Copa Libertadores de América en territorio brasileño, ahora frente al súper Atlético Mineiro del argentino Gabriel Milito que llegaba a la serie como el claro favorito para pasar de ronda. En cambio, el conjunto de Leandro “Pipi” Romagnoli llegó cabizbajo al choque copero por su flojísimo andar en el campeonato local que lo encuentra en la zona baja de la tabla y con muy pocos puntos. Pero esto es futbol, y esto es San Lorenzo: en la totalidad de la serie fue superior al equipo Galo que, producto del trabajo azulgrana, nunca pudo desplegar su gran juego colectivo que lo caracteriza.

En el juego plasmado en el Arena MRV tuvimos, otra vez, un Ciclón muy bien plantado en campo esperando, metiendo, y jugando. Es cierto, el volumen de juego estuvo lejos de ser fluido y de cantidad y calidad de pases colectivos. Sin embargo, fue un buen primer tiempo en el que solamente faltó algo tan efímero como necesario y eso es ligar, tener “suerte” algo que le falta a este equipo y a este club hace tiempo. En cuanto al futbol, el Mineiro no pateo al arco de Chila Gómez en ningún momento, mientras que en San Lorenzo Irala probó mas de una vez de afuera y sobre todo la última (doble) jugada del primer tiempo: Leguizamón estrelló un zurdazo violento y directo al travesaño y en el rebote el remate de Reali se fue desviado por poco. Además, el arbitro chileno del partido amonestó rápidamente dos jugadores azulgranas en jugadas evitables: Báez y Tripichio jugaron condicionados el resto del encuentro.

Lo cierto es que, lejos de salir como una aplanadora, Atlético siguió jugando casi tímidamente y San Lorenzo tomó el mando del juego al inicio del complemento. Tuvo mas de una chance el azulgrana, y bastante claras, para ponerse en ventaja en Brasil que a esa altura hubiese sido más que merecido. El aguante de Cuello, el desequilibrio de Reali y la solidez del medio era los puntos fuertes del equipo que poco a poco arrimaba al local contra su propio arco y se ponía cerca de abrir el tanteador. Lamentablemente, ocurrió lo contrario y por quizás la diferencia de jerarquía de un plantel y el otro, quien gritó primero fue el Galo. A los 65´ un córner que derivó en el duelo ganado de Battaglia a Tripichio y la serie se puso cuesta arriba de una manera increíble pero real. Incluso, otra vez fue claramente perjudicado este club por un planchazo criminal del volante de Mineiro Otavio que solamente vió la amarilla y el VAR ni siquiera atinó a llamar. El gol fue una piña casi de knockout para el equipo que sintió el golpe, mientras que Romagnoli buscó con las variantes tirar toda la carena al asador y tratar de empatarlo para llegar a los penales.

Párrafo aparte para el cobarde ataque y accionar a la policía brasilera que empezó a agredir, golpear y tirar gases lacrimógenos a la parcialidad azulgrana en el estadio que afectó hasta los protagonistas en el campo de juego. Lo ultimo del partido fue todo un ´muñequeo´ del árbitro oriundo de Chile que adicionó 10 minutos (muy poco tiempo en relación a todo lo que se perdió) y de esos se jugaron solamente tres o cuatro. Ni con el tiro/centro de final lo pudo empatar un Ciclón que cayó de pie en Brasil ante un club que lo quintuplica en presupuesto y tenía todas las de ganar, incluso tuvo la suerte de su lado para así poder avanzar a 4tos.

Momento de centrarse únicamente en el torneo local y empezar a ganar para engrosar el promedio. El próximo domingo es una final, ante Talleres de Córdoba en el Nuevo Gasómetro que seguramente esté explotado como siempre y empuje al equipo durante 90 minutos para sacar adelante un necesario triunfo que marque el inicio de una racha tan difícil como necesario de lograr.