El campeonato glamoroso, Ramón Díaz llegaba a Boedo y desde el vamos impuso sus reglas, trajo refuerzos, pocos, pero lo mas impotante, acomodó las piezas en su lugar. Por los pasillos del Bidegain en el 2007 se escuchaba; » Si queres ganar, necesito esto» y por aquel entonces, el hoy presidente del club Marcelo Tinelli ya acompañaba desde adentro.
Boedo venia dulce apenas comenzada la década, habíamos metido un título y dos copas internacionales y queríamos mas, pero se vino la sequía, goleadas en contra que dolieron en el alma y había que levantase.
Así llego el equipo del pelado Díaz; Saco a Saja y puso a Orión, llego el Lobo Ledesma, patrón del mediocampo y la Gata Fernández sin lugar en River, se ubicaba como delantero. Si de levantar la moral se trató, Ramón hizo lo propio en cada conferencia( primer campeonato cubriendo a San Lorenzo de quien suscribe). Tridente ofensivo, lujos, el pocho de mil locuras y Silvera se divertían junto al Malevo Osmar Ferreira . Un equipo que te sacaba sonrisas.
La tarde en Gasómetro estaba a la orden del día, el cielo acompañaba, teñido azulgrana, gigante como Boedo. Serpentinas como durante todo ese otoño, la sur daba su espectáculo partido a partido y aquella final contra Arsenal no seria la excepción. Tula pondría el 1 a 0 y se calmaba el aire del Bidegain. El pocho Lavezzi daba el segundo pasito, Ramón lo gritaba y la gloriosa alentaba por el campeonato. Todo venia siendo perfecto, pero quedaba tiempo para sufrir un poquito mas. Obolo empataba el partido y las piernas se hacían pesadas, era el momento del inflador anímico y así fe como apenas un minuto del segundo tiempo, La Gata Gastón Fernández metía el tercero y a cantar «¡que de la mano de Ramón Díaz!». La función la cerraba el mismo goleador convirtiendo de penal el 4 a 2 para dar la vuelta una fecha antes de que finalice el campeonato.