El peor momento

Con la derrota de ayer, San Lorenzo agudizó la peor racha desde que Insúa tomó el equipo y cuenta 6 partidos sin ganar.

Turbulencias, pozos de aire, señal de abrocharse el cinturón y anuncio del comandante en vuelo: “Estamos atravesando una zona de nubes densas y vientos fuertes, no se levanten de sus asientos”. San Lorenzo sobrevoló Lanús y el resultado final pinta esa escena. Preocupación, intranquilidad y miedo (la situación de cara al descenso 2023 genera eso). El equipo volvió a jugar mal, le regaló la apertura del marcador al Grana y muchos de los que miraban con recelo la forma de jugar de Insúa ahora te agarran los números y señalan con el dedo: “MIRÁ, campaña paupérrima, así nos vamos…”.

Particularmente me molesta que en conferencia el técnico diga cosas que en el partido no se verifican o, también, que elogie rendimientos aceptables o mediocres. Si el equipo juega más o menos lindo, me tiene sin cuidado; lo que nadie puede dejar de reconocer es que 2 semanas hacia atrás la preocupación era que todas las listas que se presentan en las elecciones aseguraran la continuidad de Insúa. Y esto me recuerda el caso Tinelli (no el ida y vuelta de la semana), en el sentido de la doble moral del hincha: cuando Tinelli ponía plata o acercaba jugadores o podía ser presidente de AFA era lindo, pero cuando no se gana y los cheques vienen rebotados nunca nadie lo quiso. Pues bien, esa capacidad pendular de los hinchas merece tanta autocrítica como la que deberían estar haciendo el cuerpo técnico o la dirigencia, con el muy osado y sobrador “Los resultados están a la vista”, que soltó Lammens hace un mes, aproximadamente.

En el análisis del juego, en mi opinión, San Lorenzo deja pasar casi siempre las situaciones favorables que no siempre consigue en el trámite de los partidos, hay varios ejemplos: Arsenal y Unión, más lejos en el tiempo, o River y Lanús, por el hombre de más una semana atrás y las varias situaciones perdidas de ayer. Seguido a esto, los cambios y variantes que introduce Insúa pocas veces han revertido el trámite adverso o de paridad, recuerdo los casos de Argentinos y Racing, con final feliz. La obsesión con los 3 centrales tampoco me cambia y creer que Tomás Silva no es el lateral indicado para cubrir el ancho de la cancha me parece una opinión válida, no muy motivadora para el chico, pero no resulta descabellada. Ahora bien, la salida sistemática de Giay no parece lógica, máxime cuando Elías muestra un nivel descendente. Mi tranquilidad es que en pasadas notas vengo haciendo hincapié en la falta de planes o nuevos esquemas o combinaciones de jugadores para hacer frente a lo que proponen los rivales. La otra evidencia es que Méndez sin otro jugador de marca o equilibrio no hace pie, se notó en varios partidos.

Promiedos

Numéricamente, la situación es límite como nunca antes y con esto no sugiero en absoluto pensar en la salida del entrenador: es límite porque es la peor cosecha desde que arrancó con 4 puntos sobre 18 posibles, porque si pierde con Huracán sí se le van a ir al humo y porque, finalmente, la muletilla de la falta de tiempo de trabajo ya no será válida cuando van 21 fechas (ni siquiera argumentando que el calendario es apretado). El desafío es acomodar el desorden en tiempo real y esta última secuencia de resultados (que han sido el correlato de los rendimientos, esa es la mayor preocupación aunque Insúa declare que el equipo juega bien) ya es mala decididamente. No es aceptable, desde mi punto de vista, insistir sobre lo mismo. Volverán Bareiro y Cerutti que de estos 6 partidos jugaron 5: cuidado, porque los mismos que le tiran al DT los ponen a la altura de Batistuta y Caniggia y San Lorenzo no gana desde aquella noche en Avellaneda y Pocho-Adam estuvieron ahí sin dar demasiadas respuestas. ¿Irá Ortigoza de arranque?

RSFOTOS

La diferencia estriba en lo siguiente: a Insúa le preocupa y duele la situación, Juan Ramón Carrasco, caso hipotético, ya hubiera salido volando a Montevideo, San Lorenzo tendría 3 o 4 negociados más encima y el equipo estaría con 2 puntos más o 7 menos. Lo más importante es hacer autocrítica, en todos los niveles citados, y corregir comportamientos con urgencia.