San Lorenzo ha tendido, hasta acá, un mercado de pases insuficiente por lo que llegó y lo que salió.
Ha sido un libro de pases eterno por la cantidad de días, así como también por las frustraciones del club ante tanta cantidad de operaciones buscadas y perdidas. Pocas veces tan largo y pobre a la vez. Para destacar, la postura de Rubén Insúa de no traer por traer y, también, la de Caruzzo sin querer rifar activos. Pero con las declaraciones del DT a mano, de los 6 pedidos hemos llegado a 4 y, a juzgar por los hechos, con un par que no le cierran ya que nunca los concentra.
La información que tenemos en SLDA es que mañana podrían anunciar el arribo de un delantero. El tiempo con que cuenta el manager para negociar, por la presentación del expediente de la lesión de Jeremías James, se agota este viernes. El fin de la semana laboral determinará también el futuro de Caruzzo, todavía incierto.
Lo que resulta extraño, poco claro o mínimamente indescifrable es lo que ocurre con Martegani, de resultados comprobados hace apenas 4 meses, y, también, con Maroni que, con los antecedentes a mano, parecería poder competir por un puesto en un San Lorenzo sin muchas luces. ¿Hay mar de fondo.? Yyyy… da para pensar. No sé qué opinarán los lectores, pero que el ex Boca no vaya ni al banco parece, de mínima, sospechoso. De lo otro que no se ha hablado es del pase de Matías Palacios y la famosa “plusvalía”.
Mañana San Lorenzo le abre las puertas del entrenamiento un rato a la prensa y, a veces, Insúa se presta al diálogo informal contra el alambre; quizás pueda dar alguna respuesta del tema.
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