San Lorenzo venció 1-0 a Huracán en el Pedro Bidegain con gol del Pocho Cerutti a los tres minutos del primer tiempo. Con este triunfo, el Ciclón estiró la ventaja a 39 partidos de diferencia.

Cuando se hace el sorteo del fixture, los hinchas agarramos la agenda y esperamos a que aparezcan los clásicos, pero el partido contra Huracán se marca distinto, con otro color y bien grande. Es el día que todos esperamos, porque sabemos que por más diferencia que haya (en todo sentido), es un partido aparte. Los Cuervos lo vivimos así, sabemos que es el clásico de barrio más hermoso (y desparejo) del mundo, pensamos durante meses en ese partido y la noche anterior, no nos deja dormir.
En la cancha, hoy se vivieron distintos estados: alegría, preocupación, ansiedad, bronca y mucho más. Pero siempre se mantuvo el aliento que bajó desde los cuatro costados durante todo el encuentro. San Lorenzo hoy llegó de punto y muchos pensaban que nos iban a pasar por arriba. Sin embargo, el equipo puso lo que había que poner y en menos de tres minutos, ya le marcamos al globo la historia.
En el primer tiempo, el CASLA fue un Ciclón. Fue impresionante la presión constante de cada jugador, las pisadas del perrito Barrios, el sacrificio de Bareiro con la defensa quemera y la personalidad de Gattoni y Zapata. Los primeros 49 minutos de San Lorenzo fueron espectaculares. A pesar de eso, en la vuelta del vestuario, volvimos dormidos y se notó. Empezamos a perder la pelota, ellos manejaron el juego y los murmullos empezaron a escucharse.

Hoy, al igual que en partidos anteriores, el técnico azulgrana erró en un cambio posicional. Nadie pudo (ni puede) entender el motivo por el cual Vombergar entró a jugar de cuatro, una posición totalmente desconocida por el delantero. En contra parte, acertó con el ingreso de Ortigoza y cambió todo. A partir de ese momento, el equipo se paró más adelante, a presionar y hasta el gordo metió pases largos como en el 2014.
San Lorenzo le volvió a ganar a Huracán. Volvimos a ganar el clásico más desparejo del mundo y estamos felices. No solo por eso, sino porque también, hasta podríamos decir que los sacamos de la lucha por el campeonato.
La historia está en su lugar, Boedo fue más que Parque Patricios y es carnaval.
