LA CULPA ES DE DABOVE

Nobleza obliga. Si ante la derrota y las eliminaciones la culpa y el apuntado fue Diego Dabove, lo es también en la victoria, la segunda consecutiva. Si, en época de vacas flacas, celebramos que el plantel toma confianza, muestra carácter, no se deja llevar por las frustraciones y parece, solo parece, San Lorenzo comienza a encontrar el rumbo gracias los goles de Franco y a la valla en cero de Devecchi. Con y sin los Romero, el Ciclón parece funcionar. El modo rotación, producto de la cantidad de partidos consecutivos, no nos deja repetir una formación pero mientras los resultados se den, poco va a importar como se conforme el mediocampo ( quizás el punto más flojo del equipo)

Pese a los detalles, los esquemas, los nombres y las criticas, el técnico comienza tener bocadas de aire. Sabe que lo mejor está por llegar, que se viene el plato dulce. La Copa de la Liga es buen aperitivo, pero tiene gusto a a poco cuando sabes que tenés una Libertadores que te está esperando y solo te separan 180 minutos para depositarte en la zona de grupos. Es suculento el importe que llega por alcanzar esa meta, pero sobre todas las cosas, el momento de poner a San Lorenzo en el lugar que corresponde, al que estamos acostumbrados. Codearse con los mejores de América es menester para esta camiseta y su gente, ser parte y volver a tener esa obsesión latente.

Los tres puntos en La Plata y frente a Rosario Central llegaron en el momento justo, para la dirigencia, el plantel , cuerpo técnico y más que nada, la paciencia de los hinchas. Ahora será el momento de tirar ese carro para el mismo lado y abocarse al duro escollo: Santos de Brasil. Tranquilo amigos cuervos y cuervas, vamos por el buen camino, hay que seguir alentando, desde donde se pueda y como se pueda, pero como mencionamos antes, la culpa cuando se gana, también es de Dabove