San Lorenzo ganó un tiempo y perdió el otro; volvió a empatar y pagó muy caro la falta de eficacia de cara al arco rival.
San Lorenzo jugó un tiempo para justificar un triunfo que efectivamente se llevó el vestuario en los primeros 45 minutos y un segundo tiempo en el que tuvo que apelar al banco de suplentes con un resultado adverso y no encontró respuestas. Amén de los errores puntuales, el vistazo amplio se resume en esto.
Porque quedó a las claras que una cosa es jugar con lo mejor que tiene a un alto ritmo desde lo físico y muy diferente resultó con el empate 2-2 llegar hasta el arco de De Olivera. Los chicos que ingresaron no pudieron encontrarle la vuelta ni la forma: muchos pases rebotados para atrás y el único que pudo ir para adelante fue Centurión.

Una verdadera lástima porque lo que se vio en el primer tiempo fue muy superior a todo lo hecho en las primeras nueve fechas y con la cantidad de situaciones de gol se justificaba, por demás, el resultado. De hecho, previo al descuento de Platense Gordillo tiene una situación muy clara que no alcanza definir por poco de zurda y después del 1-2, en la que para mí es la mejor jugadora de estas 10 fechas, Centurión queda mano a mano y define al lado del palo, pero afuera.
Si bien es cierto que hoy dos cambios fueron forzados por lesión y otros dos por cansancio, la realidad es que el banco de suplentes no ofrece nunca soluciones. En definitiva, San Lorenzo pierde otros dos puntos por no saber rematar el partido, porque le sobraron oportunidades y le faltó puntería o contundencia. Otro empate (8 puntos sobre 30 posibles) ante un rival directo en la lucha por la permanencia, sumado al 2-0 parcial, hacen que el sabor sea de derrota.