Ganar es lindo. Pero vencer al resto de los equipos grandes y a Huracán, es hermoso. Ahora, nuestro amado Ciclón solamente pudo quedarse con los tres puntos ante los pibes de Boca en la fecha 3 gracias a un buen juego y a los goles de Peruzzi y Orti. Más allá de los resultados en los partidos intermedios, los de Boedo supieron como disputarle a Racing de igual a igual en el Gasómetro. ¿Te acordas de esa noche? Llegábamos de empatar ante Platense en Vicente López y con la confianza de ganarle a “La Acadé”. Llegó el golazo de Sabella y de forma injusta, porque fuimos mejores durante los 90 minutos, cayó el gol de la visita que nos sacó los tres puntos. Algunas fechas después fuimos al Gallinero, lugar que nos dio alegrías hace muy poco. Sin embargo, el actual campeón del fútbol argentino nos pegó un baile impresionante y Álvarez se encargó de embocarnos tres veces.

Después llegó el partido en la Quema, el que todos queremos ganar. Pero la realidad es que jugamos ante su público y un equipo que era superior al nuestro. De hecho, me parece que fue la primera vez que los Quemeros iban de punto. Perdimos, esa derrota si que dolió, y mucho.
El último clásico lo vivimos de visitante y merecimos ganarlo. San Lorenzo fue superior a Independiente de punta a punta. Hubo errores en el equipo de Monarriz, pero la realidad es que nos vamos con un sabor amargo porque tuvieron suerte. Si, casi nos infartamos con el penal infantil que cometió Flores, pero estaba Torrico en el arco, garantía de tranquilidad. Muchos creen que “los viejos” como Ortigoza y Torrico deberían irse de San Lorenzo y retirarse, pero la realidad es que la experiencia fue fundamental para que el Ciclón no pierda, porque la juventud, casi nos roba el empate.

Llegó el momento final del torneo (por fin). El próximo fin de semana vamos a decirle “hasta luego” al amor de nuestra vida, pero con la ilusión de ponernos de pie y volver a demostrar que este tropezón fue accidental y que el CASLA debe estar peleando los puestos altos de la tabla.