‘TENEMOS QUE BUSCAR CRECER’

El entrenador de San Lorenzo, Rubén Darío Insúa, dialogó en conferencia de prensa, tras la igualdad en cero ante Defensa y Justicia, admitió que el equipo careció de claridad en los últimos metros, y fundamentó la titularidad de Malcom Braida y los cambios realizados.

En condición de visitante, en un encuentro parejo, el Ciclón empató frente al Halcón de Varela y no pudo acercarse a los puestos de arriba en el Torneo de la Liga Profesional. ‘Nos faltó un poco más de presencia en el área rival para ganar el partido, pero pusimos gente en ataque. De hecho, terminamos con 3 delanteros y con Martegani (Agustín) de interno. Pero tenemos que reconocer que nos medimos ante un equipo que tiene mucho trabajo y que defiende bien’, declaró Rubén Darío Insúa.

Y, remarcó: ‘Tenemos que seguir progresando como equipo a medida que siga avanzando la competencia. Tenemos que buscar crecer y hay que pensar en el partido del sábado que puede ser muy importante de cara al futuro’.

Respecto a la decisión de apostar por Braida para reemplazar al recientemente transferido Nicolás Fernández Mercau, el Gallego, justificó: ‘Hizo un buen partido. Cumplió. Es un buen jugador. Como se sabe, Fernández Mercau fue vendido a Europa y lo más similar a él es Malcom’.

‘Giay (Agustín) estaba cansado, por eso salió. Venía entrenando lunes, martes y miércoles con la Selección. Han hecho mucho fútbol y por eso optamos por sacarlo, porque consideramos que por allí Gastón Togni nos estaba complicando’, fundamentó el DT las modificaciones. Siguiendo con este tema, agregó: ‘A Vombergar lo vi bien; tuvo un partido aceptable y se movió bien. Buscamos tener dos jugadores con presencia, para jugar en contra de los centrales rivales. Defensa se replegó bien también; ellos tienen mucho trabajo. A nosotros nos faltó tener mayor eficacia en el área rival’.

Para finalizar, ante la consulta si se conformaba con el resultado, Rubén, respondió: ‘Siempre es mejor ganar que no hacerlo. Pero buscamos ganar el partido. De hecho, en la última media hora metimos toda gente en ataque; hasta tres cuartos de cancha, manejamos bien la pelota. Pero nos faltó el desequilibrio uno contra uno en los últimos 18 o 20 metros’.