Hace doce años, San Lorenzo dejaba una huella imborrable dentro de su historia empatando en el Monumental, con dos hombres menos en cancha y pasando de ronda en aquella Libertadores del 2008.
Es una noche especial, no te la vas a olvidar 🎶🎶
Otra noche épica de #SanLorenzo#8M pic.twitter.com/Amz9CqnbGR— San Lorenzo De América (@Sanloreamerica) May 8, 2020
La historia es conocida, una noche de copa que quedo en la retina, no solo de los hinchas de San Lorenzo y River, sino de todo el continente. El ciclón llegaba con una ventaja del partido de ida de 2 a 1 y tenia que revalidar en un estadio siempre difícil para Boedo.
Con varios condimentos sobre el campo de juego: Ramón Díaz en el banco de CASLA, Abreu vistiendo otra camiseta, y D’Alessandro con la del cuervo, las cartas estaban echadas para vivir una noche llena de emociones y no defraudo.
Con dos jugadores menos por las expulsiones, Diego Rivero en el primer tiempo y Bottinelli en el complemento y con el marcador 2 a 0 abajo, San Lorenzo tenía que sacar fuerza, ganas y heroísmo desde lo más profundo del ser de cada deportista y así fue.
Aun con el encuentro en desventaja, el local se replegó y a los 24 minutos del segundo capítulo, Bergessio descontaba y hacia delirar a toda la tribuna centenario, copada de almas azulgrana que no pararon de alentar buscando el milagro y de esta manera, desde el córner, centro de Andrés D’Alessandro que puso la pelota en la cabeza de Gonzalo, se anticipo y la dejo sobre el palo derecho de Carrizo. A gritarlo de cara a las 10 mil almas .
Algarabía, locura, abrazos con los desconocidos de siempre. El éxtasis que vivía la gloriosa no tenia fin, ni lo tuvo. Finalizado el encuentro la hinchada no se quiso ir del Vespucio Liberti, donde solo resonaba el canto eterno de la copa, el de la escuela de tablones que no paraba de alentar y una vez más, dejando en claro que ellos también habían jugado su partido.
Un Ramón Díaz eufórico como cuervo desde la cuna y silbidos de la San Martín y la Sivori para los suyos. Si, la copa no se logro ese año, el del centenario, pero la marca registrada del SILENCIO ATROZ quedo marcada para toda la vida.