El primer encuentro de la Peña Casla Canarias fue todo un éxito, de los mates en la playa al gol de Reniero, un día inolvidable para los Cuervos canarios.
Turistas alemanes, ingleses, italianos, noruegos, y también más de un lugareño pasan, observan y se detienen ante la escena que decora el mediodía de domingo en la playa de Las Canteras, en Las Palmas, capital de la isla de Gran Canaria. Alguno hasta se anima a preguntar ¿quiénes son? ¿Qué hacen ahí esos locos vestidos de azulgrana? ¿Por qué se abrazan, cantan y cuelgan banderas que hablan de la vuelta a Boedo?
El grupo que despierta la atención de los paseantes está compuesto por argentinos y argentinas de diversas edades, algunos de cinco años, otros de 70. Unos toman mate, otros, cerveza. Incluso varios se están conociendo en ese momento, pero a todos los une algo en común: la pasión por San Lorenzo y el hecho de ser residentes en las Islas Canarias.
El contexto en que se reúnen es el primer encuentro de los Cuervos del archipiélago desde que la peña –Casla Canarias- fue oficializada como tal por el club, en diciembre pasado. Apadrinada por Rubén Insúa, que en su etapa de jugador tuvo un paso por Las Palmas, la agrupación ya cuenta con unos 40 adherentes y ese número va en rápido ascenso.
Después del banderazo en la playa, la jornada continuó con una comida en un restaurant cercano, donde hubo entregas de carnets y diplomas, sorteos de indumentaria del Ciclón y algunas sorpresas, como los saludos, a través de videos preparados especialmente para la ocasión, del propio Insúa o del presidente de la institución, Matías Lammens.